“Es importante que la gente sepa que vamos a estar presentando un disco amado, con canciones muy queridas y que nos llevaron mucho laburo”, dice Santiago Garate, voz cantante de La BAM, que el 27 de abril presenta su primer álbum en Galpón B. Pero enseguida agrega “lo mejor que nos podría pasar es que nuestra música sirva para propiciar otras cosas, como el baile, el encuentro, experiencias, el contacto con otra gente, por eso pensamos la fecha como un festival, porque tan importante como nuestro disco es todo el despliegue artístico y cultural que se va a dar en el evento”.

Pero vamos por partes. La BAM es la expresión musical de Buenos Aires Multiverso, un proyecto que, según Garate, “tiene que ver con intentos. Intentos de hacer de otros modos. De modos diferentes a los que se nos muestran. A los que nos quieren vender. A modos “cómodos”, domesticables. Practicar modos antídoto. Modos contraembrujo”.

Por eso, ese día en Galpón B va a tomar parte también Lucho Galo, a quien Garate define como “zarpado mutralista y grabador porteño” que, junto con Melina Lluvia, van a estar pintando un mural en vivo con imágenes que fueron surgiendo en el recorrido del proyecto. Y va a estar sucediendo, también un Contraembrujo Organizado, “algo que para saber qué es hay que ir”, dice Garate, aunque da algunas pistas: “pase lo que pase afuera del evento, entendemos que es importante ritualizar el encuentro para poder repetirlo, para potenciar lo que suceda para que nos pasen cosas y la idea de contraembrujo nos gusta, es una imagen que usamos desde hace un tiempo”. Y también habrá un Epílogo Danzable porque “siempre es bueno terminar danzando”.

-Contanos algo de la BAM y del proceso de grabación del disco. -le preguntamos a Garate.

-En principio había un puñado de canciones. Maquetas desnudas. Amadas. Y la convicción de ir por todo en el viaje de hacerlas disco. Entonces le fui acercando esas maquetas a músicos que admiro y quiero: Francisco Rohde, Martín Mazzón, Mariano Vassena, Diego Vassena, Nicolás Morykon y Mariano Martín Mungo. Con Martín Mazzón y Mariano Martín Mungo venimos compartiendo camino musical desde el 2003, primero con “Los Hi-Hats”. Más tarde formamos el “Sindicato Subcomediante”, que estará por siempre en nuestros corazones, proyecto que también compartimos con el entonces “niño prodigio”, Francisco Rohde. Con los hermanos Vassena y con Nico es el primer proyecto compartido. La propuesta inicial fue hacer con esas canciones un disco que nos conmoviera hasta la última fibra. Considerar abiertas las canciones para romperlas y volverlas a armar. Y, como después de las propuestas vienen los procesos, nos conmovimos juntos. Y lo que era la propuesta de uno se transformó en un proyecto de siete. Hoy somos “La BAM (La Buenos Aires Multiverso)” y lo que te estoy contando es prehistórico. Las canciones se transformaron. Entre la mezcla y el atrevimiento de hacer música desde nuestros recorridos pero distinta a cualquier cosa que hubiésemos escuchado o tocado, fuimos encontrando rincones, sonidos, climas. Pistas de una estética propia. En movimiento.

-¿Cómo definirías el disco? ¿Qué música hace la BAM?

-Creo que lo mejor es escucharlo. Creo que en general la producción de cada canción tiene bastante de “canción experiencia”. Mucha gente que escucha el disco de corrido nos dice que es como una película sonora, una trama de imágenes, pero que no se ven. No me gusta definirlo. Igual, si me apurás, puedo probar algunas pistas. Podría decir que sin abandonar las raíces, nuestra música hace pie en la aventura sonora, asumiendo un rol de sutil vanguardia. Podría decir que convive lo acústico expansivo con lo electrónico que abraza, que se propone un viaje desde la intimidad más profunda a una danza ecuménica, ida y vuelta. Una anécdota bastante elocuente (y juro que es cierta) es que nuestro flautista Francisco se quedó ciego por unos segundos después de escuchar el disco terminado por primera vez.

El disco entero de la BAM puede escucharse en todas las plataformas de la web. Acá proponemos YouTube.