El diálogo entre el Blog de Ticket Hoy y el Walter «El Tano» Coccaro se produce en el antiguo taller mecánico devenido en club de música que hoy se conoce como CAFF o Club Atlético Fernández Fierro.

-A cada músico que le preguntamos por qué viene a tocar al CAFF nos contesta, palabras más palabras menos, que lo mejor de este lugar es que está manejado por músicos.

-¡Qué bueno que se note eso! Es que los músicos son delicados, sensibles, rompepelotas. Una persona que se dedica a otra cosa y abre un boliche no entiende, porque lo toma como un trabajo. Nosotros le dedicamos la pasión, somos colegas: al que viene lo recibimos sabiendo qué quiere.

 


¿Y qué quiere?

-Un buen sonido, unas buenas luces, que no lo corran con el horario, que haya un pedazo de pizza y un vaso de agua en el camarin, como mínimo.

El CAFF fue creado en mayo de 2004 con la intención de que hubiera un lugar en el que la Orquesta Típica Fernandez Fierro tuviera un lugar para tocar al menos dos veces a la semana con las condiciones que los músicos requieren. Hacía ya tres años que la OTFF tocaba en las calles de San Telmo y en algunas milongas y se imponía la necesidad de mejorarlas condiciones de las presentaciones. “En aquella época -dice Cóccaro, programador del CAFF y técnico histórico del espacio- la orquesta tocaba en las milongas, pero las condiciones no estaban buenas: no había catering, no había piano, no había sonido. Así que abrieron esto, donde, al principio, solo tocaba la orquesta. El lugar se buscó por el barrio, la idea era que fuera un espacio amplio y barato en el Abasto. Y apareció este lugar, que en un principio tenía un alquiler equivalente a un departamento de dos ambientes. El piso era de tierra, estaba todo demolido. Ahora el alquiler del local nos come crudos”.

En la entrada, la enorme persiana metálica que fue del taller mecánico está baja y hay que pasar por la puertita desmontable. Adentro, en el poderoso equipo de sonido del CAFF suena Morphine. La mesa en la que tiene lugar la charla dentro de un rato será ocupada por un grupo de turistas que viene a ver el show. Por ahora, unos pocos integrantes de la banda que sonará prueba sonido y acomoda cosas en el escenario. Las paredes y las repisas exhiben obra original del prestigioso artista plástico León Ferrari. También hay Es que la Fundación León y Augusto Ferrari participó varias veces en el CAFF con intervenciones visuales y el resultado de ese proyecto quedó como parte de la estética del lugar en forma de pequeñas estatuillas.

-Cuando pasó lo de Cromagnon nos cerraron y estuvo dos años cerrado -dice el Tano- . Y entonces después empezamos a programar no sólo a la orquesta sino a otros grupos que hacen tango.

-Pero ahora no se programa sólo tango.

-En principio, la idea era tango contemporáneo. No las bandas clásicas que tocan «Caminito» o «El día que me quieras». Tampoco queremos que todo el repertorio sea original, pero que planteen algo mas revolucionario. Ya están las milongas, ya están los clubes que tienen mucho de eso, que convocan esas orquestas. Acá vamos por otro lado. El Facaff (Festival Autogestivo CAFF) se creó en principio abrir un espacio distinto al de las mismas bandas, las consagradas. El tango de ahora es éste. El tango se vive acá y en otros boliches con esta onda. Ya está, los consagrados ya están, les pagan un montón de guita y los nuevos no tienen espacio. ¿Como empezó Pugliese? No llegó al Colón de una, tuvo que tocar mil años. Si los pibes nuevos no tienen lugar donde tocar, no van a llegar, hay que respetarlos, hacerles lugar. Porque la Fierro nació así. Pero bueno, después le empezamos a abrir la puerta a grupos amigos aunque no hagan tango. Está el tango contemporáneo, el folclore moderno, el rock y los cantautores. Lo importante es que tengan buena onda. Están acostumbrados a que los traten mal de movida y, si los tratas bien, flashean. Son bandas que al principio no traen mucha gente, pero hacemos ciclos, cada dos o tres meses tocan. Y se va armando, con el paso de los años. Y el espacio es parte de ese crecimiento. Hay lugares que les cobran setenta lucas, cien lucas por tocar. Nosotros vamos con el borderau, setenta-treinta Con el 30% no nos alcanza para nada, sobre todo ahora que la barra se mueve poco por la situación económica. Pero esas son las reglas. Antes, si llenabas, se vaciaba la barra. Ahora no.

-Recién mencionaste el FaCaff:.Hablemos de eso.

-Para mí, es una de las movidas mas importantes a nivel de la cultura independiente de los últimos años. No sé si hay en la historia cultural de esta ciudad algo asi. La primera ediciń, hace dos años, surgió como para hacer algo todos juntos con las bandas que tocaban acá. Éramos como una gran familia y quisimos potenciar eso. Hicimos una convocatoria y vinieron cincuenta. Para este año se anotaron 150 bandas y vamos a tener cuatro sedes: Avellaneda, La Catedral, Benigno y acá, en el CAFF. Va a durar todo septiembre.Y el grupo original sigue unido, el próximo domingo nos juntamos a comer ravioles, se hizo una cosa fuerte. Hay mucha gente que no sabe bien como funciona un club, y de esta manera se va aprendiendo, difundiendo el conocimiento que tenmos acá. Así las bandas entienden que hay que juntar plata para el sonidista, para el alquiler. La consigna es que un día tocas y otro trabajas en la organización. Así se esta entendiendo como funciona. Y ganamos todos.

El Club Atlético Fernández Fierro está en Sánchez de Bustamante 772. CABA