Foto: Edgardo Kevorkian (KvkFotos)
Quien haya visto a Daniel Melingo en vivo sabrá que sobran las palabras que siguen. Se corren las cortinas y como un prestidigitador nos mete en el trance de su «bondi color humo» y personajes a punto de desbarrancar, que sin embargo salen indemnes. Su cara histriónica de actor de cine mudo dice con gestos algo más de lo que letra y música quieren significar. Y en el susurro lijado de su voz que canta, habla y recita al mismo tiempo, las canciones se desgranan hondas, con un sonido contemporáneo y atemporal.
Quien no haya visto a Daniel Melingo, tiene una oportunidad inmejorable este jueves 21 a las 21 en Thelonious. Por el lugar y por la ocasión. En una silla cómoda estará sentado frente a un artista capaz de reinventarse cíclicamente. H20, el primer disco que firmó con su nombre, es de 1995, mayormente de reggae y tiene la brillante «Alegría de vivir». Hoy, después de Tangos bajos, Ufa!, Anda y tres discos más de espíritu tanguero, se lo reconoce como cantor, compositor y letrista de tango, actualizando el lunfardo y el imaginario arrabalero.
Pero antes, en ese mundo sin celulares ni likes que eran los ’80, estuvo en Los Abuelos de la Nada; fundó con Pipo Cipolatti Los Twist, una banda genial, fuera del tiempo en su estilo. Ya en los ’90 y en España, así como Calamaro armó Los Rodríguez, Melingo la psicodélica Lions in Love.
En marzo de 2020, saldrá Oasis. «Navegantes», el primer video de ese disco donde también actúa su hijo Félix, deja oír: “No, no recuerdo cómo era el camino / No, no recuerdo dónde tenía lugar». Aun así, hablamos con Melingo de lo que pasó y de lo que vendrá.
– La Eléctrica Melingo ¿es solo un cambio de nombre o implica una nueva búsqueda sonora para tu música?
– Es un nombre pasajero y de transición haciendo referencia a las dos formaciones que presentamos hace un mes atrás en el CCK, una semana retrospectiva sobre mis 40 años de obra y abrimos con LA TÍPICA MELINGO y cerramos la semana con LA ELÉCTRICA. En esta ocasión respetaremos la misma formación (Muhammad Habbibi Guitar, Juan Ravioli Bass, Gomez Casa Drums & Samples, Oliverio Sofia Dub, Matias Rubino Bandoneón & me in Vox, Clarinete, Guitar y Baglamás) y repertorio, el cual transitaremos, remozando antiguos temas que encontramos pariente, no solo de Lions In Love y H2O sino también con el cambio sonoro experimentado en el nuevo álbum, Oasis, del cual iremos desgranando algunas canciones en este setlist como «Navegantes» o «El sueño del éxodo».
– ¿Cuál te parece que es tu aporte al tango como letrista y como intérprete?
– Como letrista, la temática. Definitivamente los temas abordados en mis canciones no coinciden con el tópico habitual, aunque se asemejen con oscuros personajes o perdedores diversos y sistemáticos de nuestro imaginario popular, como «Narigón» o «Pequeño paria».
Como intérprete, mi interpretación está plagada de irregularidades. Como actor soy buen cantante. Mi voz es algo que tuve que educar con la ayuda de mis dos queridas maestras, Liana Lecuona y Lucía Maranca.
– Desde Los Twist hasta ahora, el humor es una veta que aparece en tus canciones. ¿Qué hay ahí? ¿Qué te divierte? ¿Qué le aporta a la canción?
– Creo mucho en el humor y lo difícil que es hacerlo seriamente, al humor me refiero. Es necesario para la vida diaria y para arriba del escenario. Todo comienza con el chiste que decía: «del primero que tengo que reírme es de mí mismo para poder ver el mundo menos dramático».
– «Esta es mi presentación», el tango que grabaron con Los Twist en La máquina del tiempo. ¿Qué podés contar de tal vez el primer tango con orquesta que hayas grabado?
– Muchas cosas. Primero que es el primer tango canción que escribo en ese formato (1985) como antecedente de lo que vendrá mas adelante en mi carrera con Tangos bajos (1998). Una hermosa e ilustrativa letra de mi tío Orlando Silva, El Poeta de Parque de los Patricios, quien hilvana los versos para un arreglo del maestro Carlos Villavicencio sobre una composición mía que antecede lo que vendrá 13 años más tarde como desembarco personal en el género con Tangos bajos, Ufa!, Santa Milonga, Maldito tango, Corazón & hueso, Linyera, Anda y ahora Oasis, todos álbumes predecesores a esta búsqueda sonora.
– “Chalaman” que hiciste para Los Abuelos de la Nada, H20 y la inclusión de versiones dub en discos tuyos de tango. ¿Qué hay en común entre tango y reggae?
– Lo común y naturalizado que podamos encontrar entre los dos géneros o ritmos que mencionás en mi obra en apariencia opuestos, es una búsqueda que dentro de la psicodelia que uso, podemos encontrar elementos que sirvan para cruzar estos dos estilos entrañables. El Dub es uno de ellos.
Foto: Carlos Giustino (Visiones Aspix)
– En muchas de tus canciones musicalizás letras de otros. ¿Qué tienen que tener para que las incluyas en tu repertorio?
– Busco una sonoridad y melodía propia a esa letras en idioma original que a veces encuentro en determinados textos trascendentes que me llaman la atención, ahí es donde despliego mi oficio de musicalizador o compositor y recreo el ambiente y ritmo necesario que me sugiere la poesía.
– En distintos momentos del tiempo, compusiste mucho con Pipo Cipolatti y después con Luis Alposta. ¿Cómo fueron/son esas duplas de creación?
– Muy gratificantes y reveladoras. Ambas experiencias, cada una por sus condimentos exóticos e intensos. Con Alposta hacemos de la amistad y creación un lugar de alegría y satisfacción, una manera de celebrar este encuentro alquímico que se da entre determinadas personas. Con Hugo hacíamos algo similar en el proceso creativo que nos llevó a componer más de 30 canciones. La alegría estaría siempre presente en este momento crucial del descubrimiento.
– «mamaste de ríos grises / la oscuridad te parió». ¿Qué nos podés decir de esos versos de «Pequeño paria»?
– Mucho. Primero que es un trabajo de investigación profundo y sus conclusiones. La letra y melodía final que se conoce del tema de María Celeste Torre recorrió un camino desde el pedido del director de cine español Jorge Algora, el cual me convocó para la canción original del rodante final de la película El niño de barro, tratándose de la historia de nuestro primer asesino serial, Cayetano Santos Godino, «El petiso Orejudo». Tras una investigación y esbozos del ensayo, el doctor Luis Alposta me acerca unos textos fotocopiados de informes policiales originales de la época (1912) y descubrimos que el mismo asesino serial recibía vejaciones y violaciones de pequeño por parte de su padrastro, lo que hace visible esta cadena de violencia ancestral trasmitida por generaciones y no un simple ADN o aspecto de «ASESINO SERIAL» como le atribuía la policía científica de entonces.
Foto: Edgardo Kevorkian (KvkFotos)
– ¿Qué habrá en tu Oasis de 2020?
– En Oasis vamos a poder encontrar todas estas búsquedas de las que hablamos en las preguntas anteriores. En él encontramos desde tango orquestal hasta profundos Dub, pasando por una búsqueda etnomusicológica entre la paridad de la música rebétiko griega y sus instrumentos, el Bouzouki o Baglamás, y el Tango y su reverberancia, así como músicas de resistencia cultural y de identidad regional igual al flamenco, el fado o el blues.
La Eléctrica Melingo tocará este jueves 21 en Thelonious Club, Nicaragua 5549, CABA.