Algún día, los fans del rock argentino le tendremos que hacer un monumento al Pollo Raffo. «Un rockero que lee partituras», como le dicen algunos, un poco en broma y un poco en serio.
Este tecladista fue parte -durante muchos años- de lo mejor de la música nacional aunque siempre desde los márgenes. Aportando su conocimiento musical no desde el protagonismo sino desde el arreglo, la producción y el acompañamiento.
Juan Raffo formó parte de Vox Dei, Los Ratones Paranoicos y Los Piojos, participó como músico estable en las bandas de Miguel Cantilo y Juan Carlos Baglietto y grabó discos con Soda Stereo, León Gieco, Divididos, María Rosa Yorio, JAF y el negro Fontova, entre muchos otros.
Sin embargo, el Pollo siempre tuvo sus propios proyectos solistas instrumentales, que le forjaron una carrera con la cual ganó el premio Konex de Platino.
Desde que en 1987 grabó el primer disco con su banda El Güevo, editó unos ochos discos propios. Monos con navajas y Monos con navajas II, Noventa / Noventa y cinco, un segundo disco con El Güevo y la serie Música de Flores volúmenes 1, 2, 3 y 4.
Precisamente, acompañado por Martín Rur en saxos y clarinetes, Tomás Pagano en bajo y Rodrigo Genni en batería, Raffo presenta el jueves 4 de abril su disco Música de Flores Volumen 5, en el que combina los ritmos, el carácter y la estética de las músicas criollas con el espíritu de improvisación del jazz.
En la ocasión, también se va a presentar el video de «Chamamés en fuga», el primero de una serie de cuatro animaciones que ilustran canciones pertenecientes a este último disco. Que, como él mismo lo define, resultan de “una mezcla inestable de erudición y atorrantismo”.